En el mundo del café de especialidad, cada taza cuenta una historia. Detrás de su sabor y aroma únicos, hay un proceso meticuloso de evaluación y refinamiento liderado por un experto clave: el catador de café. Este profesional desempeña un rol fundamental en la finca, garantizando que cada grano reúna las características necesarias para ofrecer la mejor experiencia en la taza.
¿Qué hace un catador de café?
La cata de café es un proceso sensorial que permite evaluar la calidad del grano en distintas etapas de producción. El catador, también conocido como "Q grader" en el ámbito del café de especialidad, analiza atributos como el aroma, la acidez, el cuerpo, el dulzor y el retrogusto, identificando tanto las fortalezas como los posibles defectos del café.
A través de su experiencia y memoria gustativa, el catador ayuda a los caficultores a perfeccionar sus técnicas de cultivo y procesamiento. Además, certifica la calidad del café según estándares internacionales, lo que no solo aumenta su valor en el mercado, sino que también contribuye a la reputación de la finca como productora de café de excelencia.
El impacto del catador en la finca
El trabajo del catador no solo se limita a la degustación. También influye en la toma de decisiones clave, como el tipo de beneficio que recibirá el grano (lavado, honey, natural) y el método de tueste ideal para resaltar sus cualidades. Su conocimiento permite mejorar continuamente la calidad del café, logrando perfiles de sabor más complejos y atractivos para los consumidores más exigentes.
En muchas fincas, el catador trabaja en estrecha colaboración con productores y baristas para establecer un vínculo entre el origen del grano y la experiencia en la taza. Esto significa que su labor no solo se refleja en el análisis técnico del café, sino también en la conexión emocional que los clientes pueden sentir al disfrutar una bebida con historia y dedicación.
¿Por qué es importante en la cultura del café?
Cada vez más consumidores buscan cafés con características únicas y procesos transparentes. La presencia de un catador en una finca garantiza que el café no solo tenga una calidad excepcional, sino que también pueda ser trazado desde su origen. Gracias a su trabajo, los amantes del café pueden apreciar matices exclusivos que reflejan la riqueza de la tierra y el esmero del productor.
Así que la próxima vez que disfrutes de una taza de café especial, recuerda que detrás de cada sorbo hay un experto que ha dedicado su conocimiento y pasión para ofrecer la mejor versión posible.
Nicolás Gongora Valor.